“LA ÚLTIMA LLAMADA”
Del Biólogo Arturo Enrique Bayona Miramontes:
A ti, que colocaste esa barda para que la ciudadanía y las autoridades no vieran la destrucción que hiciste sobre el manglar; a ti, que te pasaste por alto la Manifestación de Impacto Ambiental y construiste sin permiso en un lugar no permitido; a ti, que conectaste las aguas residuales al acuífero subterráneo envenenándolo todo, ¿pensaste que pagando la multa se arreglaba? ¿Que si nadie te veía estabas perdonado? Pues ya viste que no, simplemente fue el principio de los resultados que ahora se nos muestran y que en gran parte has provocado, junto con los demás depredadores de la naturaleza pertenecientes a tu misma especie, disfrazados de progresistas empresarios hoteleros, inmobiliarios y turísticos, de ideas brillantes, bolsillos llenos y cerebros huecos.
A ti, que construiste encima de la Duna Costera, ecosistema encargado de mantener la dinámica y el equilibrio natural a través del oleaje y retención de la arena por medio de las raíces de las plantas; a ti, que cortaste y destruiste el manglar porque “olía feo” (tú hueles más), sin pensar que su función es indispensable para la vida marina, ya sea protegiendo la costa contra los fenómenos meteorológicos o como ecosistema básico de una amplia cadena alimenticia, además de ser refugio de un sinnúmero de especies que lo utilizan en diferentes fases de sus ciclos de su vida.
A ti, que has transformado los arenales en un producto comercial, extirpando la vegetación original, cambiando totalmente su función biológica y que ahora presumes como playa privada, sin arena y llena de sargazo.
A ti, que conectaste las tuberías de aguas residuales directamente al mar, a los cenotes y ríos subterráneos que forman parte del Gran Acuífero Maya, uno de los depósitos de agua dulce más grandes del planeta.
Para que tu Dios “Don Dinero” fuera más brillante, omitiste utilizar las tecnologías establecidas por la Ley y las Normas Oficiales Mexicanas; sobornaste y actuaste con premeditación, alevosía y ventaja, creyendo, estúpidamente, que al no verte nadie, quedaría olvidada tu hazaña, pobre tonto.
A ti, que construiste la planta de tratamiento de aguas residuales de tu hotel con una capacidad menor a la requerida, “por cuestiones de presupuesto-dijiste-“ y ahora todos los que desgraciadamente tenemos que circular frente a tu propiedad, porque no hay otro camino, recibimos durante varios kilómetros del trayecto, los aromas fermentados de tus miles de huéspedes, aromas que atraviesan la exuberante selva Maya llevando su mensaje de suciedad, podredumbre, mala planeación y corrupción.
A ti, que instalaste sistemas obsoletos y arcaicos para el manejo y tratamiento de aguas residuales en ciudades y colonias, sin drenaje, vertiendo todo al acuífero, que por gravedad fluye hacia el mar, a través de una gran red de ríos subterráneos que están bajo tus pies y que al pasar de los años, han transformado las aguas limpias de muchos cenotes, en una sopa fertilizante debido a la gran cantidad de nitratos, fosfatos y amonio que tienen y que sigue aumentando, ya que tus “compadres” y la mayoría de los desarrolladores turísticos y habitacionales como tú, hacen lo mismo, siendo esto una de las causas por las que el sargazo que llega a tu “Playa Privada”, aumenta su masa vegetal en pocas horas, debido a la gran cantidad de nutrientes que has vertido y sigues vertiendo. No tardan en aparecer las medusas y después la marea roja, espero que estés listo.
Sintiéndote X-Man, dinamitaste cenotes y cuevas poniendo en riesgo el fascinante tesoro biológico, arqueológico y antropológico, que guardan estos ecosistemas de la oscuridad perpetua; abriste canales en la roca viva, sintiéndote Dios cambiaste los flujos de agua, metiste miles de turistas cuyos desechos son el alimento del sargazo hoy en día, sin alcanzar a comprender cuál es tu mayor poder, si el económico o el de destrucción.
Ignorando la fragilidad de los ecosistemas y anteponiendo tu ignorancia, codicia y nulo respeto por la naturaleza, rellenaste y desapareciste humedales para extender tu “territorio”, convirtiendo el suelo en una plancha de cemento caliente, sin vida, todo a nombre del Desarrollo y la generación de nuevos empleos.
Apoyado por tus inseparables acompañantes “Doña Corrupción” y “Don Dinero”, aprovechaste tus relaciones políticas con otros igualitos a ti, cambiaste usos del suelo a discreción, sigues saturando Bacalar y Holbox con más construcciones, hoteles y cuartos de los permitidos, sin importar la Normatividad, al fin y al cabo “es tu terreno”. Ahora ve lo que estás generando, contaminación sin límite y destrucción a todos los niveles.
A ti, que como desarrollador habitacional, erigiste miserables espacios que llamas “viviendas de interés social”, minúsculas, mal acabadas. Así, con todo el dolo que te caracteriza, utilizaste los materiales más corrientes para que tu Dios estuviera contento, hasta fuiste a misa después de firmar el contrato, obligando a miles de familias a llevar una vida inhumana, indigna y estresante, por lo reducido de los espacios y el hacinamiento de cientos de personas en el mismo lugar. Y nuevamente, manejaste sistemas de tratamiento de aguas residuales obsoletos, que se rebosan en tiempo de lluvias por haber rellenado el manglar donde construiste.
A ti, que provocaste y estimulaste la invasión de selvas y humedales que hoy son sitios con altos índices de pobreza y presentan una degradación total de la naturaleza.
A ti, que rompiste el ciclo biológico del agua al rellenar los cenotes que encontraste donde levantaste tu emporio, disminuyendo la permeabilidad del suelo con tus planchas de cemento.
¿Y los cangrejos que antes cruzaban por miles para desovar en el mar? Tu avaricia sin límite les tapó el paso con tu “bello” hotel, invadiendo su hábitat, aislándolos, aplastándolos, hasta que desaparecieron.
Lo mismo hiciste con las tortugas marinas, pusiste tus camastros en sus sitios de anidación y ahora, manatíes de diferentes nacionalidades, envueltos en trajes de baño multicolores, a la última moda, invaden estos espacios, afectando su ciclo reproductivo.
A ti, “Experto en Campos de Golf” que has destruido grandes porciones de selva y rellenaste humedales y manglares, todo para que el famosos diseñador de campos de Golf “Mr. Money” viniera a hacernos el favor de continuar con la destrucción que iniciaste. ¿Podrías decirnos cuanto fertilizante químico y agua utilizas para mantener verde “Tu Campo”? ¿Sabías que todos estos residuos van directo al Gran Acuífero Maya y de allí al mar? ¿Sabías que eres uno de los principales responsables del aumento de nitratos y fosfatos en la zona litoral, que duplican la biomasa del sargazo? ¿No lo sabías? Eso les pasa a todos los que no van a la escuela.
Y ahora con tu brillante idea, magistral, pluscuamperfecta, avalada por biologuillos de banqueta, has traído especies animales y vegetales exóticas, que se están convirtiendo en invasoras, por no existir controladores naturales y que al cambiar de hábitat pueden tener impactos ambientales severos. ¿Has oído hablar del pez león? Por tu ignorancia, lo dudo, pero ese es un buen ejemplo.
A ti, pescador furtivo que has vaciado los mares con técnicas no permitidas, atrapando juveniles de escama, langosta y caracol que aún no se han reproducido, disminuyendo las poblaciones y afectando su ciclo de vida.
¿Y tú, el de los “tours” para observar al tiburón ballena y nadar con las tortugas marinas? Siempre rebasando la capacidad de carga establecida, afectando el arrecife, metiendo embarcaciones piratas, sin registro, orgulloso de ser un transa ambiental y festejando que nadie lo sabe y menos se lo imagina, según tú. ¿Nunca pensaste en el costo que esto iba a tener a mediano plazo? ¿Creías que los “animales” iban a aguantar tus estupideces para siempre? Hasta que desaparezcan por completo vas a estar contento, para luego cargarle al gobierno la culpa de tus males, pidiendo que todos paguemos y ayudemos a arreglar tus errores.
A ti, que cuentas con la más alta tecnología para organizar actividades electorales, pero para el manejo y destino final de las miles de toneladas de desechos orgánicos e inorgánicos que generan las actividades turísticas, tienes los sistemas y procesos más arcaicos en el planeta, sin tecnología alguna.
Los tiraderos al aire libre, que elegantemente llamas “rellenos sanitarios” y que has construido en todas las ciudades, funcionan como esponjas, absorbiendo el agua de lluvia y produciendo lixiviados con todo tipo de substancias químicas disueltas, generando millones de litros de aguas tóxicas que fluyen continuamente y por gravedad, a través del Gran Acuífero Maya, para llegar hasta el mar sumándose a todo lo demás.
Entonces, como puedes ver, no es que esté pasando algo, no, esto es simplemente el resultado de tus acciones y la respuesta que te está dando la naturaleza por lo mal que has procedido en aspectos ambientales y ahora nos enfrentamos a una gran problemática por los impactos que has generado, junto con los otros, que como tú, lo único que veneran es el dinero y han dejado a la sociedad y al ambiente a un lado.
Esto seguirá creciendo porque cada vez construyes más cuartos, atraes a más gente y produces más mierda, que irremediablemente seguirá llegando al mar, agrandando el deterioro ambiental. Y gritas sonriente y orgulloso que “se edificarán miles de cuartos más para ampliar la inversión y generar más fuentes de empleo”.
¿Para quién?
¿No estás viendo en lo que se han convertido tus ciudades? Son una amenaza para propios y extraños.
¿Cuándo le vas a parar?
¿Hasta que ya no quede nada que admirar porque toda la naturaleza de los alrededores está destruida?
¿Y qué harán tú y los demás si el turismo deja de venir?
¿Qué eso no va a pasar?
Pues ya está pasando.
¿Leíste (si es que sabes) lo que está sucediendo en Venecia, en Ámsterdam y otros centros turísticos que eran los número uno a nivel mundial?
Si no se regula el crecimiento desmedido y depredador, así como la capacidad de carga, si todos seguimos actuando al libre albedrío, si no cumplimos y hacemos cumplir las leyes y normas, si no somos capaces de movernos unidos, con una conciencia ciudadana que nos impulse a todos a rectificar el rumbo, nos encaminamos a un colapso ambiental, después económico y finalmente social.
El reconocimiento de todos a los que han hecho y siguen haciendo las cosas bien.
El tiempo a su tiempo dará la respuesta
tus hijos sabrán de la acción,
robaste a los mares tus propios recursos
espera su contestación.”